domingo, 12 de abril de 2020

Pasar la pandemia en Getxo sin mirar al mar



Con casi un mes de confinamiento forzoso, la población de Getxo vive varias crisis a la vez: una sanitaria; otra de libertades civiles; y una tercera crisis municipal de respuesta. De la crisis sanitaria sabemos poco, aunque su efecto ha convertido a Getxo en la cuarta población vizcaína en fallecidos por el coronavirus. Los ambulatorios en nuestro municipio han padecido la falta de material y recursos que el resto de ambulatorios de la comunidad autónoma. Mal que bien, la situación se ha normalizado porque los pacientes han visto restringido su accesoy los casos de posible contagio derivados a hospitales que se han visto desbordados. El mando centralizado que el gobierno de Madrid ha ejercido poniendo bajo su control la sanidad y los cuerpos policiales de todas las autonomías solo ha tenido un resultado: la persecución de todo viviente que pise la calle. La policia ha tomado la calle, el aire y el subsuelo y ha echado músculo multando y persiguiendo peatones, repartidores, deportistas y ancianos. 

Por otro lado, ha aparecido lo que antaño se llamaba "tonto de balcón". En este contexto de decreto marcial, nuestro "tonto o tonta de balcón" saca el policía que lleva dentro o el gregario ciudadano que no solo cree en la ley que no comprende sino que se convierte en su más nihilista cumplidor. Los tontos y tontas de balcón delatan a los vecinos que cometen el vil delito o la supina desobediencia de hacer deporte en un jardín o pasear demasiado el perro por la calle o a quien no porte una bolsa de compra. Las tontas y tontos de balcón abundan en Getxo. Y son muy peligrosos. Porque votan con la misma pertinencia con la que obedecen. Visceralmente. En los primeros días del confinamiento, un alto mando de la ertzaintza en una entrevista radiofónica instaba a la ciudadanía a deltar a quienes no cumplieran el decreto de confinamiento elaborado por el gobierno.

La respuesta del ayuntamiento de Getxo a la pandemia ha sido sobresalientemente escasa. En nuestros barrios hemos comprobado que sólo dos noches en este mes operarios de limpieza han desifectado los contenedores de basura. Estos son un evidente foco de posible propagación. Toda persona que eche la basura, por la idiosincrasia del contenedor y a diferencia de los antiguos, tiene que tocar su tapa para levantarla. Desde hace años, se viene solicitando desde partidos y colectivos que los contenedores sean cambiados. La respuesta de la alcaldesa de Getxo a la pandemia en Getxo ha sido aún más decepcionante. En una reciente entrevista-reportaje en Radio Nervión en la que no se notaba nada el montante retributivo, Amaia Agirre recogía del entrevistador el consuelo de que se hace más liviano el confinamiento sabiendo que Getxo goza de la cercania del mar. La alcaldesa reconocía que tiene un plan: esperar a que le digan qué plan tiene el gobierno vasco, Eudel, y la diputación vizcaína. La espera para los getxotarras será mucho más amena mirando el mar desde la ventana, claro está.

La respuesta del gobierno vasco, Eudel o la diputación ante catástrofes ha quedado bien clara con lo ocurrido en el vertedero de Zaldibar. Atajar una crisis como la del coronavirus para quienes aún tienen caliente la desastrosa gestión en Zaldibar da una idea de las espectativas que pudiéramos tener de quienes tienen la arrogancia de ir a las elecciones con lemas como "Es hora de dar lo mejor". Estamos viendo en Getxo lo nunca antes peor visto. Sin embargo, presumimos que las cosas pueden ir a mejor. No porque es imposible empeorarlas - que el gobierno municipal creemos que puede -, sino porque el cambio de vida que nuestra sociedad necesita quizá venga ahora dado por la crudeza de los acontecimientos. 

En vez de buscar una economía especulativa y desarollista, será necesario buscar la economía autosuficiente, donde los barrios rurales de Getxo se mantengan para seguir nutriendo a los barrios urbanos y no desaparezcan bajo la losa de la especulación inmobiliaria que constructores, intermediarios y políticos locales aún contemplan y ansian quede reflejado en el plan urbano que está en ciernes de aparecer. Desde luego, el dispendio municipal en urbanismo y la contratación a las cuatro empresas de siempre puede que cambie. 

Esperemos que cese la construcción de viviendas de 500.000 euros en suelo que debiera preservarse, y que las tres grandes inmobiliarias que están haciendo el agosto en Getxo gracias al partido en el poder, cesen. Esperamos estos y otros muchos cambios en los que habrá que trabajar menos y vivir de una manera suficiente. Estos cambios que debieran haber reivindicado los del "cambio", "la alternancia", los va a traer la pandemia, más cargada de conciencia política que toda la izquierda y la derecha juntas. A esperar mirando el mar.

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