miércoles, 13 de julio de 2011

Partidos cadáver o el cadáver de unos partidos

Lo destapado, que no desconocido, en la "negociación" entre partidos para gobernarse la Diputación alavesa no deja de sorprender, más que por lo carnavalesco y vendetero de su caso concreto, por el inmovil rictus del resto de partidos ante el escándalo temerosos siquiera de poses espectaculares que puedan hacer visibles el detritus al que ha sido llevada la política de lo común.

Es rocambolesco que sea el PNV quien habiendo destapado por despecho amoroso de esa amante suya que es el poder - es decir, el dinero - el tráfico de influencias no haya acompañado el berrinche con una presentación de denuncia. Son los más significativos prebostes y la pléyade de comisarios y agradecidos del partido jeltzale los que se sacuden los escándalos de su partido exigiendo como prueba de veracidad ante acusaciones que los autores de las mismas las presenten en juzgados.

Es natural que un partido como lo es EB necesite mucho dinero. Todos los cárteles en que se han convertido los partidos necesitan una progresiva dosis de capital. El despropósito del espectáculo mediático a través del que canalizan y subvierten la democracia estos engranajes, asi como la publicidad de campañas, sueldos y negocios requieren una progresiva inyección de capital. Quienes mantienen los resortes del poder tienen acceso a ese imprecindible capital: créditos bancarios condonados, comisión de obras, licencias, mordidas, financiación imaginativa al amparo de la opaca ley de financiación... Quienes, como EB, han bailado en el bien retribuido tablao del poder gracias a vaciar el contenido de su escasa esencia, han visto abandonado su apoyo social, lo que convertía a sus profesionales cuadros en necesitados de pactos con los que mantener esa nomenklatura sin apoyo social. La negociación en Araba es el fin para EB de su poder en la corrupción y su corrupción en el poder. Cabe recordar el pelotazo de 9.000 viviendas en Andra Mari - aún en marcha - con que el señor Madrazo y los concejales de su partido en Getxo soñaban en favor de ese bien común que se llama común bien del capital con plusvalías inimaginables.

Si el pequeño pez de EB ha muerto en la red, ¿Qué podemos decir de lo que piden otros partidos a los que el PNV jamás denunciará? Podemos empezar por ese acuerdo al que PNV, PSOE y PP, las tres Pes, han llegado para el común acuerdo distribuitivo de "sueldos". Esto es sólo la apariencia y a la vez parte de la esencia, el "mínimo de reglas del juego común".

Sin el libre ejercicio de la información, la democracia política deviene en la tiranía cleptócrata de poderes insertados en el poder tentacular. ¿Debemos informarnos de aquello que ya sospechamos - es decir, el indispensable engranaje corrupto de la partidocracia y las élites que de ella se benefician?

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