No conozco a nadie que le guste como está quedando la Plaza de la Estación de Algorta. Posiblemente le agrade al alcalde Imanol Landa y a alguno más de su entorno.
Este proyecto se ha llevado mal desde el comienzo. Para empezar se atacó sin compasión una plaza céntrica de mucho tráfico peatonal. Hasta donde sabemos antes de modificarla no se le consultó a nadie. Total para qué. El ayuntamiento es de la opinión de que estas cosas forman parte de “sus proyectos” y por lo tanto no creyó oportuno compartirlos con el vecindario. Es decir que arrancaron las obras sin que nadie supiera de qué iba la cosa.
Al cabo de un tiempo pusieron un cartel en colores enrevesado de entender y que pasó inadvertido. Luego las obras se eternizaron. Supimos que por las continuas modificaciones al proyecto original. Finalmente empezaron a poner muchas columnas de hierro coronadas por unas estructuras inclinadas de grandes proporciones. La gente se horrorizó al verlo.
Después pusieron plásticos de colores para coronarlo. Y para qué seguir. En resumidas cuentas, si a las vecinas y vecinos se les hubiera hecho partícipes del proyecto desde la mesa de dibujo, lo conocerían desde la cuna, verían su evolución y compartirían el resultado. Como todo el proceso se ha llevado a escondiditas, las vecinas y vecinos han tenido que imaginar lo que no conocían y de ahí que les parezca feo, desproporcionado y sobre todo ajeno. Un claro ejemplo de cómo lleva el alcalde Landa los proyectos.
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