No tienen remedio. Los políticxs se trepan al poder y luego se auto asignan sueldazos y prebendas sin límite. Se juntan como una piña para defender sus privilegios de casta. En temas que atañen a sus dispensas todxs ellxs se unen, populares y socialistas obreros, nacionalistas y hasta comunistas, prietas las filas para defender sus prerrogativas.
Por lo que parece lxs demás humanxs, lxs que viajamos en clase económica, no somos buena compañía para compartir sus vuelos. Lxs políticxs pertenecen a una clase superior y por lo tanto se codean con los estiradxs y opulentos viajerxs de primera clase. Lxs miembros de la casta necesitan viajar a todo trapo, ser tratadxs como ricxs y tener espacio para estirar las piernas.
Me imagino a la eurodiputada socialista obrera Doña Eider Gardeazabal, sí la misma que ficha para cobrar y luego se va, compartiendo asiento con vulgares ciudadanxs, que entre otras cosas son capaces de tutearla y afearle su escaqueo remunerado. También me viene a la mente el eurodiputado popular Don Pablo Zalba, elegido por los periodistas del Sunday Times para sobornarle por ser uno de los pocos que hablan un inglés decente en su grupo, sentándose en clase económica. Incluso la eurodiputada peneuvista Doña Izaskun Bilbao ha preferido abstenerse de votar a favor de que la Eurocámara se apriete un poco el cinturón, si eso conlleva tener que viajar en segunda. Hasta ahí podíamos llegar, reclaman al unísono todxs ellxs.
No nos queda más remedio que mandarles a todxs lxs politicxs profesionales a casa, castigándolxs en las urnas. Ha llegado el momento de empezar de nuevo y elegir partidos independientes que comparten autobús con todo Quisque y además encantados de palpar la realidad.
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