Y se presentaron sin sorna, pero con la indecencia más sublime de la que puede disponer un político, en Tosu para preguntar por la "seguridad" de los vecinos ante el acantonamiento. Bien era otra su intención: justificar la intervención policial sobre la excusa de garantizar que las ambulancias pudieran entrar en Tosu. Reconocerán que es de premio la valentía de tan grises concejales. Pero es que las ambulancias sí les interesan a Mesieur Arregi y Madame Eiguren. Porque al señor que se le ha adjudicado la obra del parking, un tal Florentino Pérez, es también propietario de las ambulancias que contratará el gobierno vasco. Todos los caminos llevan al ratoncito Pérez. Y el PNV reparte el quesito, quedándose con label una buena parte de él. Así que lo importante es que la empresa de Florentino Pérez pueda pegar su pelotazo y las ambulancias de Florentino entrar en Tosu y cobrar por sus servicios.
La Ertzaintza declinó intervenir hoy en Tosu. Probablemente pensaron: que vengan el alcalde, el consorcio de transportes y Florentino. Lo que no consiguieron con descaro los concejales a la mañanica, no lo iba a malresolver la policía al anochecer. La corrupción tiene estos retortijos. Y la desobediencia civil y la defensa de Andra Mari están dando solo los primeros visos de lo que va a ser. Porque esto es solo otro paso más en una larga carrera. Se creyeron que porque construyeron el aeropuerto de Castellón en Getxo, es decir, la corrupta obra de la estación de Ibarbengoa, aquí había acabado la oposición.
