En el despiadado ataque ocurrido en las Ramblas de Barcelona hace unas horas, vemos al mismo tiempo lo más espurio del crimen y la pérdida gratuita de vidas a manos de peones entregados a un auto aniquilación en nombre de la muerte. Puede que en efecto libremos una batalla entre la vida, de la que los occidentales no podemos presumir que sea óptima ni a menudo siquiera superior, frente a la muerte de los dogmatismos de toda ralea que jalonan nuestra era contemporánea llevándonos a los debates que tantas vidas costaron desde la edad media hasta nuestros días.
Barco que hace la ruta Bilbao - Arabia Saudi con armamento.
Desde Getxo nos vemos hoy y
mañana y siempre en Las Ramblas barcelonesas. La vida como principio ético a
defender en las peores de las circunstancias, nos hace ser parte de las
personas atropelladas, malheridas o asesinadas allí, en una ciudad a tantos
cientos de kilómetros de distancia.
Este terror organizado no parece
venir, sin embargo, de la nada. Frente a la masacre de más de una decena de
personas asesinadas a sangre fría en Barcelona, se cuentan desde hace 16 años por
cientos las víctimas mortales diarias en Afganistán, Iraq o Siria desde que países como EEUU o España decidieran
su invasión. Aún peor, Occidente no es ajeno al sostenimiento de gobiernos
despóticos responsables de extender redes terroristas y milicias que han
convertido todo el Oriente Próximo en un ajedrez sanguinario. Las más altas
instituciones europeas han señalado en
recientes resoluciones a dichos países. Y no solo nuestro pequeño país,
sino nuestro municipio ha sido testigo del envío de armas desde el puerto de
Bilbao a un país sospechoso de financiar a milicias y activistas salafistas en
medio mundo.
Un bombero getxotarra se negó,
por no colaborar en esta obscena ligazón, a cubrir el envío de armas desde el
puerto de Bilbao a Arabia Saudí hace unos meses. Arabia Saudí es uno de esos
países acusados por Europa de financiar redes integristas en
Irak, el África subsahariana y en el Próximo Oriente, además participar del olvidado genocidio
que ocurre en Yemen. Pero Arabia Saudí es también uno de los mayores contratistas,
además de ser el proveedor de petróleo y aportar jugosas inversores para nuestras grandes y maltrechas empresas
necesitadas de inyección capital, algunas con residencia fiscal en Getxo. Algunos de los afganos y sirios víctimas de la perniciosa doble moral occidental residen en Getxo. Un minuto de silencio por las víctimas de un terrorismo al que tantos han contribuído a crear y expandir, parece cuanto menos insuficiente, cuando no un mero descargo de conciencia. tres días antes del atentado terrorista en Barcelona, volvió a apartir de Bilbao un barco con armamento hacia Arabia Saudí.
Debemos reivindicar por encima de
todo la vida frente a la barbarie organizada de la muerte: a las víctimas en
Las Ramblas, Madrid, Bagdad, Islamabad, Estambul, Alepo, Homs, Mosul, Gaza. Getxo es hoy buena
parte todas ellas.