¿Qué cara se te queda cuando entras en un bar con mucho
letrerito de pinchos, comida casera, y te encuentras kétchup en las patatas
bravas y ensaladilla rusa de supermercado? La misma que se nos ha quedado
al ver a Bildu Getxo defender un gasto
de 70.000 euros para hacer un censo de vivienda vacía en Getxo que ya está hecho pero
que el PNV quiere, suponemos como es
habitual en nuestro país desde hace 40 años, adjudicar a las empresas de su
micheléneo contorno. Lo más grouchiano del asunto no acaba ahí, sino que a
partir de ahí empieza.
Ahora, unos con la habitual demora, el PNV, y otros con esa panzorriana tardanza, BILDU, quieren datos de la vivienda vacía para saber cómo está y
que los jóvenes de todas las generaciones puedan venir por miles pues se les expulsó del paraíso que es Getxo porque no había suficiente oferta inmobiliaria. Es el modernizado y teñido de rojez social - casitas por miles de VPO, alquileres sociales - que hace las delicias de los promotores y grandes costructoras. Ahora vienen 70.000 euros para hacer un censo de vvienda vacía en Getxo. Y el tema tiene cabezona cola.
No era baladí que esto de los 70.000 euros se debatiera el día del pincho pote en getxo. Como si cuando comieras, ese pincho de ensaladilla de izquierdilla avinagrada te supiera a tortilla de patata recocida de PNV con huevina. La portavoz de Bildu no se
explica por qué GUK se muestra contraria a emplear del erario público 70.000
euros para hacer un censo de vivienda vacía en Getxo. En su habitual mezcolanza
de churras y meninas desde 2011, no atisba a comprender que una cosa es conseguir
los datos de vivienda vacía en Getxo; otra muy distinta emplear 70.000 euracos
– y a quien – para eso; y otra aún más distinta es que ese censo ya exista
porque lo elabora cada dos años el Gobierno Vasco. Porque Bildu aduce que se precisa un censo al detalle. Pero cuando el Gobierno vasco en su informe da el dato de las viviendas vacías gestionables para ponerlas en el mercado de alquiler o venta, el 3,1%, está diciendo que sabe cuales son esas viviendas y por tanto donde están y cuales son. Sencillo es seguir el hilillo del razonamiento. Pero a nuestros próceres amigos de la izquierda constructiva se les escapa: ellos y ellas quieren un censo detallado. El caso es que Bildu al completito ni conoce ni sabe y aún menos, obviamente se ha leído, el informe bianual del Gobierno vasco.
Pero es que el dormilente concejal de urbanismo de
Getxo tampoco. En su primera argumentación
dirá que lo que quiere hacer con esos 70.000 euros el ayuntamiento es un censo
sin igual: casa por casa vacía, sondeando las intenciones de cada propietario o
propietaria para vender, alquilar. Getxo se merece un estudio de semejante
magnitud. Getxo será el primer municipio en Getxo, en su propia municipalidad,
su propia comarca y en Euskadi en tener un censo así de pormenorizado. Pero el esperpento prosigue. El concejal de urbanismo de Getxo
dice en pleno que quisiera que GUK le trasladara el estudio del Gobierno vasco
del que no tiene conocimiento alguno. Como si el cocinero del bar te saltara de
la barra y en plan macarra te pidiera la
fórmula de la mayonesa. ¿Incompetencia, ineptitud? Simplemente negligente diligencia.
- Oiga que mire, no somos testigos de Jehová sino del ayuntamiento. Pasábamos por aquí y mire que en 2008 íbamos a arrasar Andra Marí con casas de VPO en favor de los jóvenes y contra esos baserritarras especuladores a los que expropiamos a 9 euros pero cobramos el IBI como urbano. Y ahora queremos saber la vivienda vacía suya. ¿qué intenciones tiene? Es que el ayuntamiento tiene una sensibilidad que no le cabe en la billetera.
Después de comerte el pincho de patata brava con kétchup de supermercado, le dices al de la barra que te va a cobrar 3 euros
este te dice: es que usted viene
aquí mucho desde hace dos años y no propone cómo hacer pincho. El barman macarrilla es el concejal de urbanismo que reprocha que GUK solo pone pegas pero que
en los dos años de legislatura no le ha resuelto al PNV que lleva 40 gobernando
Getxo cómo resolver el indescifrable problema de la vivienda. Y claro, el chulo
de la barra te suelta que no solucionas cómo convertir el pincho en un
verdadero pincho porque el chulo de él no te deja entrar en la cocina: la
cocina es de él. Dice que no se sabe cuántos miles de votantes le han votado
por patata con ketchup que pone en la barra. Bien, que gestione él, y
que no nos pida ingredientes donde luego dice que nadie nos ha invitado.
Luego te entra el beldur, es decir el miedo. La legionella,
la salmonelosis. La mayonesa de la izquierda que es más yema y sensible a la
temperatura, revienta en su propia inconsistencia blandurrea. La portavoz de
Bildu dice que desde hace 10 años no se
tienen datos de la vivienda vacía en Getxo. Desastrosa la alevosía de la ignorancia. Da reparo y escalofrío pensar en que la alternativa de izquierdas en Euskadi es esto. No hay alternativa. Por supuesto que hay datos pormenorizados. En 2011, en 2013, en 2015. Le basta tecleear en cualquier buscador: informe vivienda vacía euskadi. Así de arduo.
Algún prócer local de Bildu reprocha que GUK no propone nada, tratando de escurrir el bulto sobre los 70.000 euros. Escucharle es escuchar a un muñeco dirigido por el concejal de urbanismo del PNV. Pero es que la historia es empecinada. Los hoy partícipes de GUK estábamos reclamando hace 6 años que la vivienda vacía se computara como oferta municipal; alertábamos a Bildu del coste social del Antzoki que se ha comido 20 millones de euros - tres mil millones y medio de pesetas - que estaba destinado para vivienda social a la juventud de Getxo.
Proponemos una pelotilla a los audaces amigos y amigas de Bildu. Con su voto favorable para destinar 70.000 euros en un censo de vivienda vacía, ¿qué empresa del PNV se va a llevar el negociete copiando los datos de los informes del Gobierno vasco? Ese es el PNV style que luego Bildu denuncia con boca asombrada. O quizá ni eso.