miércoles, 24 de octubre de 2012

Las elecciones

Bueno. A brote pronto hay una lectura minimalista de las elecciones. En primer lugar, el 100% de quienes votaron no eligieron nada. Las listas electorales fueron elegidas por otros, es decir, por selectos grupos dentro de los partidos. Los votantes dijeron amén si o amén no, lo que es lo contrario de tener el derecho a decidir, como gustan cacarear desde los partidos algunos liderzuelos tan ocres como medradores a la sombra de líderes que de decidir no querían ni oir hablar - se acuerdan de un tal Josu Jon Imaz? y de su atrevido botones Iñiguito?-. Dicho esto, el pnv, con su logo de pepsi sin gas, confirma la decrepitud a cuenta gotas que marca su bajada. Elección tras elección. Lo mismo ocurre pero a marchas forzadas al resto de la partitocracia tradicional. Los batacazos son proporcionales al enchufismo, arbitrariedad y desfalco de lo público llevado a cabo desde quien sabe cuando - nos permitimos decir que desde el inicio del circo transitorio post morten de Franco-. La irrupción de Bildu significa muchas cosas. Desde un aire nuevo, empapado de horizontalidad, más abierto y menos maniqueo. El sistema quizá lo necesite a gritos para legitimar sus reglas cada vez más cuestionadas.

En Euskadi la abstención se mantiene en un 24,27%. Quiere decir eso que sus señorías no han ilusionado a prácticamente nadie, lo que viene a decir que el pueblo vasco sigue con la misma alergia a la desdemocracia reinante. Es otro signo de decencia política. Su reverso es que genera muy dislocadamente movimiento alternante. Ahora, tras los numeritos al detalle y el numerito electoral, viene el cambiazo previsto de máscaras. Urkullu lo tiene "claro" para salir de la crisis que su partido ha contribuido como nadie a crear. Qué vamos a demostrar si sólo hay que echar un vistazo al Getxo de hace 20 años - 10 si apuramos, dos elecciones municipales y media- y el de ahora. ¿Especulación inmobiliaria? El PNV la planea en Getxo desde 1995. Por cierto, los datos electorales dicen más cosas. Por ejemplo el desfase de fidelidad de voto entre el partido nacionalista y su preposte Imanol Landa: 2279. Ya es mérito conseguir que haya ese número de personas que no traga al alcaldillo, con la paciente habilidad que los jeltzales tienen de tragar frente a la sempiterna adversidad de "lo demás". Caretas.

En Getxo está adecentado desde hace años un pacto siciliano de quid pro quo entre pnv y psoe que, curiosamente, se reproduce en Barakaldo. Las elecciones en Euskadi confirman una tendencia social de rechazo al detritus institucional y económico vigente. Si psoe y pp pierden la casa, el pnv su tocador donde guardaba los abonarés en negro de empresas, listados actualizados de futuros estómagos agradecidos apilados en secciones de la Diputación de Bizkaia, reducto abarrotado como un campo de refugiados. Qué grande ha sido esta democracia para todos ellos. Urkullu lo tiene CLARO. Apriéntense. No se van a salvar ni los de su partido. De mientras, en Getxo se mueven colectivos, personas antaño aisladas, organizaciones, profesionales, simples derrotados, firmes luchadoras, soñadoras. Desde los más diversos espacios, en los más recónditos lugares. En contacto con otros lugares. Creando espacios. Algo está en marcha. Y, créanlo, aunque a paso lento, no tiene marcha atrás.